Desde su inicio, cada mujer en esta Junta, ocupa el cargo de su marido (la de presidente, hace de presidenta, la de secretario, hace de secretaria) y así sucesivamente, tienen su libro de actas, donde proponen mejoras en lo que ellas ven deficiente y hay veces que son aceptadas, pues 144 ojos ven más que 72. En el transcurso de esta comida no podemos entrar a la Corporación los hombres y llevan invitadas a familiares y amigas de su entorno que en algunas ocasiones han servido para que sus maridos ingresen en el Cuartel. Los hombres este día nos vamos a los ensayos de los Costaleros y cenamos todos juntos, donde viene bien como buenos hermanos y compañeros, llegando altas horas de la madrugada, comienza la incertidumbre, dice uno son las cuatro de la mañana, donde estarán las mujeres, alguien el más impaciente, se acerca por el Cuartel, vuelve y nos dice, las luces están encendidas y se siente jaleillo, deben de estar ambientadas, se oye cantar cuarteleras a la mujer de Castillo. No hay duda siguen en el Cuartel. Como Testigas aprendieron de nosotros, son durillas de roer. Tienen sangre y buenas soleras.